Existen algunos comportamientos en los niños que pueden llegar a parecer incomprensibles para los adultos, pero todo tiene una explicación y una manera de solucionarse.
¿Han observado que su hijo de cuatro a seis años demuestra un amor más profundo por su mamá hasta el punto de querer apartar al papá y evitar cualquier acercamiento? No se preocupen, es una etapa que surge en la primera infancia y le servirá para tomar conciencia de su identificación sexual.
¿De qué se trata?
Es un concepto creado por el psicoanalista Sigmund Freud, basado en la tragedia griega Edipo Rey. Lo definió como los deseos inconscientes de cercanía con el progenitor del sexo opuesto y el rechazo al del mismo sexo. Cuando sucede en las niñas, el complejo es llamado de Electra.
La comprensión es importante
Cuando los niños atraviesan este momento es necesario el acompañamiento de sus padres y las personas más cercanas a la familia. Experimentará muchas emociones y no sabrá cómo manejarlas, porque aunque quiere a su padre, se ha convertido en un rival y querrá llevarse el primer lugar en la atención y el amor de la madre.
En estos momentos, la actitud de los adultos es de mucha ayuda, especialmente la del padre, que deberá amarlo a pesar de sus desaires o berrinches para que, conforme vaya creciendo, identifique su rol sexual y respete el de sus padres.
Afortunadamente cuando el niño llega a los siete años la historia cambia, ya que empieza a imitar al padre, a tenerle mayor empatía y convertirlo en su modelo a seguir.
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